Los iberos o íberos fue como llamaron los
antiguos escritores griegos a las gentes del levante y sur de la
Península Ibérica para distinguirlos de los pueblos del
interior, cuya cultura y costumbres eran diferentes. Aunque no
siempre coinciden en los límites geográficos precisos ni en la
enumeración de pueblos concretos, parece que la lengua es el
criterio fundamental que los identificaba como pueblo, puesto que las
inscripciones en lengua ibérica aparecen a grandes rasgos
en el territorio que las fuentes clásicas asignan a los iberos, es
decir la zona costera que va desde el sur
del Languedoc-Rosellón hasta Alicante, el valle
del Ebro, el valle del Segura, la Mancha meridional y
oriental hasta el río Guadiana y el valle alto
del Guadalquivir.
A pesar de que estos pueblos compartían ciertas características comunes, no eran un grupo étnico homogéneo ya que se diferenciaban en muchos aspectos. No se conoce el origen de los iberos, pero se cree que las comunidades del final de la edad del bronce sería el sustrato indígena de la cultura íbera. Por ello se parte de cuatro focos: El Argar, la cultura del Bronce Manchego, la del Bronce Valenciano y los campos de urnas del Noreste. Los iberos fueron por tanto diversos pueblos que evolucionan desde diferentes culturas precedentes hacia unas estructuras proto-estatales, viéndose influidos por fenicios primero, y luego por griegos y púnicos, que traerán consigo elementos de lujo que ayudarán, como bienes de prestigio, a la diferenciación interna de los diversos grupos sociales.
La lengua ibera es una lengua paleohispánica que está documentada por escrito. Los textos en lengua ibera se saben leer razonablemente bien, pero en su mayor parte son incomprensibles, puesto que la lengua íbera es una lengua sin parientes suficientemente cercanos que sean útiles para la traducción de textos.
A pesar de que estos pueblos compartían ciertas características comunes, no eran un grupo étnico homogéneo ya que se diferenciaban en muchos aspectos. No se conoce el origen de los iberos, pero se cree que las comunidades del final de la edad del bronce sería el sustrato indígena de la cultura íbera. Por ello se parte de cuatro focos: El Argar, la cultura del Bronce Manchego, la del Bronce Valenciano y los campos de urnas del Noreste. Los iberos fueron por tanto diversos pueblos que evolucionan desde diferentes culturas precedentes hacia unas estructuras proto-estatales, viéndose influidos por fenicios primero, y luego por griegos y púnicos, que traerán consigo elementos de lujo que ayudarán, como bienes de prestigio, a la diferenciación interna de los diversos grupos sociales.
La lengua ibera es una lengua paleohispánica que está documentada por escrito. Los textos en lengua ibera se saben leer razonablemente bien, pero en su mayor parte son incomprensibles, puesto que la lengua íbera es una lengua sin parientes suficientemente cercanos que sean útiles para la traducción de textos.
La sociedad ibera estaba fuertemente jerarquizada en castas
sociales muy dispares, todas ellas con una perfecta y bien definida
misión para hacer funcionar correctamente una sociedad que dependía
de ella misma para mantener a su ciudad. La casta guerrera y noble
era la que contaba con más prestigio y poder dentro de estas. Aparte
de las armas, poseer caballos otorgaba también gran prestigio y
reflejaba poder, nobleza, y formar parte de la clase más poderosa.
También tenían gran importancia la casta sacerdotal, en la que las
mujeres, como se aprecia en los restos funerarios, eran el vínculo
de la vida y la muerte. Las sacerdotisas gozaban de gran prestigio,
ya que eran las que estaban en continuo contacto con el mundo de los
dioses, aunque también había hombres que desarrollaban una tarea
mística, caso de los sacerdotes lusitanos, que leían el futuro en
las entrañas de los guerreros enemigos. Otra de las castas era la de
los artesanos, apreciados porque de ellos salían los ropajes con los
que se vestían y resguardaban del frío, los que elaboraban calzado,
los que modelaban vasijas en las que guardar agua y alimentos y,
sobre todo, por ser los que les hacían, a medida, armas y armaduras
con las que se distinguían de las otras castas más bajas.
Finalmente estaba el «pueblo llano», gente de distintos oficios que
se dedicaban a los trabajos más duros.
El arte ibérico posee sus mejores manifestaciones en obras escultóricas de piedra y bronce, madera y barro cocido. Ofrece gran variedad regional con rasgos culturales de cada zona que se distribuye en tres zonas bien diferenciadas: Andalucía, la zona de Levante y el Centro peninsular. Las manifestaciones artísticas más importantes se dan dentro de los campos de la escultura, pintura y cerámica.
Los iberos utilizaban el rito de la incineración, conocido
gracias a los fenicios o a los pueblos transpirenaicos. Se han
identificado lugares de culto como santuarios urbanos, y
el empleo de grutas o cavernas a modo de santuarios, en los que se
depositaban pequeñas estatuillas, llamadas exvotos,
como ofrenda votiva a alguna deidad. Estas figuras son
tanto de mujeres sacerdotisas como de hombres guerreros, a pie o a
caballo, otras están sacrificando algún animal con un cuchillo, o
mostrando su respeto con las manos en alto, o con los brazos
abiertos.
Los asentamientos se pueden diferenciar en varias modalidades, pequeños asentamientos situados en zonas llanas y que carecían de fortificación, recintos fortificados con estructuras de dimensiones reducidas con fuertes defensas que solían estar en zonas altas, y grandes poblados u oppida que actuaban como centros que controlaban una región o un territorio, donde se situaban los distintos poblados en llano y sus recintos fortificados.
Los principales pueblos iberos asentados en el actual territorio de Andalucía son; Turdetanos, Turdulos, Bastetanos, y Oretanos, aunque no eran los únicos pueblos presentes en la zona destacando por un lado los bastulos (libio-fenicios) fuertemente influenciados por los fenicios y los conios que algunos ligan a la influencia céltica.
El arte ibérico posee sus mejores manifestaciones en obras escultóricas de piedra y bronce, madera y barro cocido. Ofrece gran variedad regional con rasgos culturales de cada zona que se distribuye en tres zonas bien diferenciadas: Andalucía, la zona de Levante y el Centro peninsular. Las manifestaciones artísticas más importantes se dan dentro de los campos de la escultura, pintura y cerámica.
Grifomaquia de Porcuna, Jaén
Ejemplo de exvotos iberos
Los asentamientos se pueden diferenciar en varias modalidades, pequeños asentamientos situados en zonas llanas y que carecían de fortificación, recintos fortificados con estructuras de dimensiones reducidas con fuertes defensas que solían estar en zonas altas, y grandes poblados u oppida que actuaban como centros que controlaban una región o un territorio, donde se situaban los distintos poblados en llano y sus recintos fortificados.
Los principales pueblos iberos asentados en el actual territorio de Andalucía son; Turdetanos, Turdulos, Bastetanos, y Oretanos, aunque no eran los únicos pueblos presentes en la zona destacando por un lado los bastulos (libio-fenicios) fuertemente influenciados por los fenicios y los conios que algunos ligan a la influencia céltica.
Palma, tu si que copias y pegas de otras páginas y después no nos dejas hacerte los trabajos a ordenador porque nosotros copiamos y pegamos. XD
ResponderEliminarMenos criticar y mas elogiar!!! Yo valoro mucho tu trabajo. Gracias .
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